Contrapuntos 1995 – 1999

Renato Cisneros y yo, José Luis Mejía, coincidimos en la Facultad de Teología Pontificia y Civil de Lima, donde él estudiaba sus cursos básicos universitario y yo dictaba un curso de metodología y otro de historia. Ambos sabíamos de nuestras mutuas existencias (somos exalumnos del mismo colegio) y pronto nos pusimos a charlar sobre diversos temas. Por esos días me encontraba con la fiebre de la decimística e insistí, apelando a su académica formación literaria y a la prosapia de sus antepasados (intelectuales y poetas insignes), en hacerle recorrer los caminos de Espinel.
Una vez realizados los primeros ensayos, nos propusimos hacer un contrapunto, al viejo estilo de los poetas populares y así lo hicimos. Evidentemente, tuvimos la ventaja del «trabajo en escritorio», sin las premuras del verso improvisado o repentista, pudimos, a pesar de nuestras inexperiencias decimeras, elaborar un primer contrapunto, que denominamos «Contrapunto entre dos gallos», el cual fue presentado en el Encuentro Nacional de Decimistas organizado ese año de 1995 por la ADEP (Agrupación de Decimistas del Perú), siempre comandada por César Huapaya, salvador de la décima peruana y gran estudioso y conocedor de nuestras raíces poéticas.
Al paso de los años realizamos varios trabajos. En 1996 sostuvimos un segundo encuentro y escribimos el que, seguramente, es el mejor de la zaga; lo presentamos en el bar «El Ekeko» de Barranco en una emocionante reunión. En 1997 se frustó el tercer contrapunto y sólo en 1998 logramos escribirlo y lo presentamos en el auditorio «Ricardo Palma» de la Municipalidad de Miraflores. Luego intentamos una cuarta controversia (como se les dice en Cuba) que se quedó en la presentación y, finalmente, un quinto contrapunto con la novedad de realizarlo a través de internet, sin embargo, este último intento también quedó trunco. Mención especial merece el genial guitarrista Julio Humala, amigo fiel que nos acompañó con su música en los tres contrapuntos que se llegaron a presentar.
Sobre este asunto, las controversias a través de la magia de la internet, cabe señalar que ese mismo año (1998) realicé sendos contrapuntos con tres estimados decimistas. El ya mentado Renato, Groffer Rengifo y Francisco Henríquez, éste último, mi maestro. Los enfrentamientos virtuales con Renato y Groffer empezaron auspiciosos y luego quedaron truncos, sólo con Francisco, excelente decimista cubano, fue posible desarrollar un primer contrapunto sobre el tema «La Muerte» y uno segundo, «Glosando a los Maestros», como homenaje a los grandes cultores de la décima. Ambos trabajos se imprimieron en Miami, U.S.A., donde reside Francisco, por ende, son los únicos que se dieron a conocer públicamente y «en blanco y negro», haciendo válido el comentario del estudioso español, Maximiano Trapero, quien afirma que el contrapunto o controversia «La Muerte» es el primero en realizarse por vía electrónica. Hasta donde sé, no existen contrapuntos electrónicos hechos «en vivo», es decir, con técnicas repentistas, al menos, no conozco ningún caso.
No puedo dejar de mencionar el trabajo que he denomidado «Contrapunto insospechado» y que se encuentra formado por una serie de cartas (escritas en décima y enviadas a través del convencionalísimo correo aéreo) que Francisco y yo intercambiamos entre 1996 y 1998.