Glosando a los Maestros (Henríquez, 1999)

Realizado el primer contrapunto, nos planteamos el reto de enfrentarnos «por la misma planta», es decir, ambos glosamos la misma cuarteta sugerida. Nota anecdótica fue que el contrapunto lo inició Henríquez en Miami, pero yo empecé a escribir desde Lima y terminé la controversia en Villa Alemana, la V Región de Chile, donde me encontraba vacacionando en casa del poeta Pedro Mardones Barrientos.


Henríquez: Amor no es pedir: es dar

Amor no es pedir: es dar
la casa, el lecho, la mesa…
es -según Santa Teresa-
la alegría de alegrar.
Jesús Orta Ruiz (Naborí)

I
Existe un viejo aforismo
sobre el soñar y el vivir,
que dice que, entre pedir
y dar hay un gran abismo.
Yo también creo lo mismo
de ese modo de pensar,
pues aquel que quiera amar
como Dios lo manda hacer
sabrá que en lo de querer
amor no es pedir: es dar.

II
Quien dé lo poco que tiene
se enaltece de ese modo
porque Dios le dobla todo
cuando a su rescate viene.
La gente que se sostiene
prendida de azul pavesa
y es justa, jamás le pesa
dar de su bien una parte,
y sin pensarlo, comparte
la casa, el lecho, la mesa…

III
Arde amor en el fecundo
campo que riega Cupido.
¡Que Amor jamás ha temido
vivir en paz con el mundo!
Nunca, ni un solo segundo
te urgió la tentación esa
de burlar una promesa…
Quien ame hasta su rival,
hombre de buena moral
es -según Santa Teresa-.

IV
Dar es ese cumplimiento
noble de darse en amor
que como ofrenda mayor
reciproque el sentimiento.
Dar es sentirse contento
de darle al mundo y cantar;
es más: es siempre ayudar
al que vive en ostracismo,
y es -como creo yo mismo-
la alegría de alegrar.

Francisco Henríquez (Miami, 5/8/99)


Mejía: Amor no es pedir: es dar

Amor no es pedir: es dar
la casa, el lecho, la mesa…
es -según Santa Teresa-
la alegría de alegrar.
Jesús Orta Ruiz (Naborí)

Iba solo -fugitivo-
sin dar ni pedir cuartel
en mi azabache corcel
melancólico y altivo.
De mi arrogancia cautivo
iba sin beso ni hogar
pero me enseñaste el mar
de tus amores tan sabios
y me dijeron tus labios:
Amor no es pedir: es dar.

En ti encontré mi reposo
mi cariño -mi ternura-
y en tu infinita dulzura
vi el mundo amable y hermoso.
Tu afecto -tan generoso-
tu voluntad -tan ilesa-
me hicieron la mansa presa
sin cadenas y sin lazos
porque conocí en tus brazos
la casa, el lecho, la mesa…

Tienes paciencia infinita
y comprensión para todos
cultivas formas y modos
contra el dolor y la cuita.
Si la violencia te incita
luchas y tu amor no cesa
jamás quiebras la promesa
de dar abrigo y salud.
Amar al malo virtud
es -según Santa Teresa-.

Siento que soy mejor hombre
en tu camino -Ximena-
ayer vagaba en la arena
hoy tengo presencia y nombre.
Así que nada te asombre
que tu voz sea mi altar
y que sólo en tu lugar
la Muerte pierda su prisa
porque me enseña tu risa
la alegría de alegrar.

José Luis Mejía (Lima, 6/8/99)


Henríquez: Bolívar fue tan amigo

Bolívar fue tan amigo
del sufrido y del hambriento
que quiso en algún momento
sembrar los Andes de trigo.
Guillermo Sosa Curbelo

I
Cuando América sufría
bajo el yugo colonial,
este patriota inmortal
a los tristes socorría.
Rompió rejas y pedía
para ayudar al mendigo
que vagaba sin abrigo;
sin un centavo de cobre…
Por eso del pueblo pobre
Bolívar fue tan amigo.

II
Bolívar siempre sintió
su patriotismo en las venas
cuando América en cadenas
y entre llamas, lo aclamó.
Su mano viril se irguió
como una voz en el viento.
¡Qué ante tanto sufrimiento
no era justo estar callado!
Y se fue a luchar del lado
del sufrido y del hambriento.

III
Quiso una América unida
como la que más al norte
gozaba todo el soporte
de la riqueza y la vida.
Quiso que en la prometida
tierra, sobrara alimento;
agua y luz para el sediento
de los mundanos andenes…
¡No olvidemos esos bienes
que quiso en algún momento!

IV
Sembrador del justo huerto
que es libertad y remanso
donde su amor sin descanso
le hizo un oasis al desierto.
Sembraba en el surco abierto
que esclavizara el castigo,
y tuvo más de un testigo
que honestamente sentía
la impresión de que él quería
sembrar los Andes de trigo

Francisco Henríquez (Miami, 6/8/99)


Mejía: Bolívar fue tan amigo

Bolívar fue tan amigo
del sufrido y del hambriento
que quiso en algún momento
sembrar los Andes de trigo.
Guillermo Sosa Curbelo

Un rayo agitó los cielos
y cabalgando Simón
alzó la revolución
por conquistar sus anhelos.
Ante el Dios de sus abuelos
-con Rodríguez de testigo-
juró ser muro y abrigo
contra la arrogancia Ibérica.
Es por eso que de América
Bolívar fue tan amigo.

Por el bosque tropical
en la pampa y la llanura
deslumbró con su figura
benevolente y marcial.
Americano inmortal
que prefirió el sufrimiento
a dar su fuerza y aliento
al Virrey o a la nobleza
y compartió la tristeza
del sufrido y del hambriento.

Libertador de seis lares
-de Bolivia a Panamá-
hoy tu pensamiento está
uniendo nuestros hogares.
Hoy por todos los lugares
se escucha tu juramento
no habrá mentira ni intento
contra tu inmenso decoro
ni el cobarde tendrá el oro
que quiso en algún momento.

Sigues cabalgando airoso
de Boyacá hasta Ayacucho
y por la América escucho
a tu ejército orgulloso.
Bolívar hombre piadoso
das esperanza al mendigo
al malvado das castigo
y quiere tu pensamiento
-por darle pan al hambriento-
sembrar los Andes de trigo.

José Luis Mejía (Lima, 9/8/99)


Henríquez: Le dices al mundo entero

Le dices al mundo entero
que eres el mejor del mundo
pero tú eres el segundo
de uno que no es el primero.
Sergio Mederos

I
Debieras decir a quienes
te han conocido por años
cuáles son tus desengaños
y cuáles tus parabienes.
Debes decir lo que tienes
como triunfo verdadero,
mas como no eres sincero
ni amas la verdad sagrada
sólo aquello que te agrada
le dices al mundo entero.

II
No una vez: más de una vez
has probado con errores
que no eres de los mejores
aunque cuentes hasta diez.
Pero, con la insensatez
de un sentimiento iracundo,
nunca pierdes un segundo,
ni un minuto, ni un detalle,
de ir diciendo por la calle
que eres el mejor del mundo.

III
Si se planteara una cuenta
desde el número uno al cien
fueras premiado muy bien
con el número noventa.
Tu corazón lo alimenta
la ilusión de ser fecundo,
y pretendes, furibundo,
la manera, medio o modo
de ser el primero en todo…
pero tú eres el segundo

IV
Después del número uno,
toma tranquilo y normal
cualquier número con tal
que no quedes sin ninguno.
Cuatro, cinco, seis o alguno
que se ajuste a tu tablero,
porque tú, pobre coplero,
debieras estar conforme
con ponerte el uniforme
de uno que no es el primero.

Francisco Henríquez (Miami, 9/8/99)


Mejía: Le dices al mundo entero

Le dices al mundo entero
que eres el mejor del mundo
pero tú eres el segundo
de uno que no es el primero.
Sergio Mederos

Vienes con aires de gloria
diciendo que en contrapunto
no existe vivo o difunto
que te robe una victoria.
Escribes tu propia historia
entre falso y verdadero
te siento poco sincero
mentiroso y arrogante.
«Yo soy el mejor cantante»
le dices al mundo entero.

Sin embargo nadie sabe
del talento que mencionas
y entre todas las personas
no conozco a quien te alabe.
Tu petulancia no cabe
ni en el hoyo más profundo
pero tu canto infecundo
no ha dado fruto ni flores
aunque griten tus colores
que eres el mejor del mundo.

Aprende de los Maestros
(son campo fértil -no risco-)
como Jesús o Francisco
-tan únicos siendo nuestros-.
Ellos son claros y diestros
su canto no es vagabundo
como tu verso que inmundo
renga vulgar e infeliz.
Soy el primer aprendiz
pero tú eres el segundo.

Así pongamos las cosas
en su sitio de una vez
me hiere la insensatez
de tus rimas caprichosas.
Tus palabras orgullosas
no encontrarán asidero
tu pobre verso embustero
nunca alcanzará la altura.
Todos saben la impostura
de uno que no es el primero.

José Luis Mejía (Lima, 11/8/99)


Henríquez: Mi verso y el tuyo son

Mi verso y el tuyo son
gemelos que al escenario
llevan el mismo vestuario
para la misma actuación.
Pablo León

I
Tu verso, de la quietud
de la tierra y el bohío,
llegó al concierto del río
y se hermanó del laúd.
Mi verso la juventud
buscó de esa comunión
y le dimos formación
como las reglas exigen,
por eso de igual origen
mi verso y el tuyo son.

II
Gemelos por las razones
de venir del mismo vientre,
muchas veces llevan entre
sí las mismas atracciones.
Ya vienen con esos dones
desde el calor del ovario,
por eso es extraordinario
ver a los grandes maestros
acercarse más a nuestros
gemelos que al escenario.

III
Desde que con sus sonidos
los vistió el lenguaje culto
no aceptan el rancio insulto
de aparecer mal vestidos.
Como ángeles consentidos
los ve el mundo literario;
los aplaude el proletario
como el que tiene sapiencia
y si van ante una audiencia
llevan el mismo vestuario.

IV
Cuando el público los siente
cortar las ondas del viento
como un cantar de contento
cunde el inmediato ambiente.
Se han vestido expresamente
para hacer la gran función,
y abarcan todo el salón
como duendes musicales
que se vistieran iguales
para la misma actuación.

Francisco Henríquez (Miami, 12/8/99)


Mejía. Mi verso y el tuyo son

Mi verso y el tuyo son
gemelos que al escenario
llevan el mismo vestuario
para la misma actuación.
Pablo León

En Tradición bautizados
-de la décima herederos-
cruzamos los ventisqueros
como Unicornios alados.
Gatos de iguales tejados
Norte y Sur de un corazón
compartimos con pasión
las aguas de un mismo río
velas de un solo navío
mi verso y el tuyo son.

Aprendimos de maestros
que no buscaron la gloria
pero escribieron la Historia
en sus pregones tan nuestros.
Vivan siempre los ancestros
de este verso extraordinario
que fieles a su ideario
nos enseñaron -¡Jesús!-
y nos dieron más a sus
gemelos que al escenario.

Así seremos un día
(tú ya lo vives Francisco)
el faro o el obelisco
que mantenga la porfía.
La décima es poesía
para el valiente y calvario
para el cobarde plagiario
que roba versos ajenos.
Sólo cantores muy buenos
llevan el mismo vestuario.

Así Maestro es deber
glosar igual redondilla
y ver quién labra la arcilla
con más talento y placer.
Frente a la misma mujer
diremos nuestra canción
y al terminar la función
veremos los resultados
de estos verbos conjugados
para la misma actuación.

José Luis Mejía (Lima, 13/8/99)


Henríquez: Mi canto es un orto oral

Mi canto es un orto oral
en las tumbas del Oeste
con el aporte celeste
de mi defunción anual.
Benito Domínguez

I
Por este jardín sonoro
que llamamos poesía,
cruza la palabra mía
sobre una gacela de oro.
Pongo al rosicler de coro
de la estación vesperal,
y cuando mi luz astral
deja el azul universo,
detrás del monte del verso
mi canto es un orto oral.

II
Soy un brillante monarca,
que desde mitad del cielo
la extensa parte del suelo
mi albo resplandor abarca.
Y así, cuando la comarca
dejo, rumbo al lado agreste,
Dios hace que me recueste
sin mi ajuar de brillo fausto,
y caiga, cual niño exhausto,
en las tumbas del Oeste.

III
Tras echar mi corta siesta
volveré a subir mañana
por la escalera de grana
que la Natura me presta.
De nuevo estará de fiesta
la gran campiña del Este;
con una elegante veste
seré rey del meridiano,
la tierra, el gran oceano,
con el aporte celeste.

IV
Yo puedo cada trescientas
sesenta y cinco alboradas
ser nuevo, y a las oleadas
calmar las ondas violentas.
De las playas cenicientas
puedo hacerte un litoral
muy parecido a un mural,
a donde vayas los peces
a llorar las lobregueces
de mi defunción anual.

Francisco Henríquez (Miami, 15/8/99)


Mejía: Mi canto es un orto oral

Mi canto es un orto oral
en las tumbas del Oeste
con el aporte celeste
de mi defunción anual.
Benito Domínguez

Como el sol se disemina
entre la sombra y la niebla
mi canto es calor que puebla
todo con su voz genuina.
Porque levanta la ruina
porque roza lo inmortal
porque es fuerza colosal
que alumbra donde camino
cual lucero matutino
mi canto es un orto oral.

No habrá empeño ni poeta
que me rompa en contrapunto
sólo díganme el asunto
o láncenme la cuarteta.
Mi verso como saeta
-como aluvión- como peste
irá -cueste lo que cueste-
dominando el escenario
y enterrará a mi contrario
en las tumbas del Oeste.

Nací para ser cantor
altanero y deprontista.
Soy artesano o artista
según me nombre señor.
He conocido el dolor
del campo seco y agreste.
No importa quién me moleste
los Dioses me dan su amparo
y enciendo siempre mi faro
con el aporte Celeste.

No llegará quien me corte
el contrapunto ni el verso
es brillante mi universo
-mayor y mejor mi aporte-
Si alguien quiebra mi soporte
cargaré siempre ese mal
como Sísifo inmortal
la soberbia que les digo
pagaré con el castigo
de mi defunción anual.

José Luis Mejía (Lima, 24/8/99)


Henríquez: Y tú, Jesús, tú no has muerto

Y tú, Jesús, tú no has muerto.
Yaces en metempsicosis
para la metamorfosis
de tu espíritu liberto.
Ramón Perdomo

I
Desde que la cristiandad
dejó su marca en el mundo,
no hemos tenido un segundo
de amor y tranquilidad.
Casi media humanidad
se debate en desconcierto.
Sufrimos en un desierto
de la injusticia a merced…
¡Todos morimos de sed
y tú, Jesús, tú no has muerto!

II
Yo diría que un gran ser,
quizás más alto que tú,
te envolvió en blanco tisú
cuando vio tu anochecer.
¡Que algún día has de volver
muchos piensan con sicosis!
Pero existe esta diagnosis:
que tras la edad consumida
ya, para la eterna vida,
yaces en metempsicosis.

III
¡No dudo que quizá vuelvas
cuando los futuros siglos
como indomables vestiglos
se hagan dueños de las selvas!
En el punto que resuelvas
tu regreso sin neurosis,
gozaremos la simbiosis
de la espada con la cruz
que harán senderos de luz
para la metamorfosis.

IV
En las cosas infinitas,
donde lo eternal impera,
media humanidad espera
por ver ¡cómo resucitas!
Habrá interminables citas
dentro y afuera del huerto,
y el camino estará abierto,
despejado y encendido,
para el viaje prometido
de tu espíritu liberto.

Francisco Henríquez (Miami, 25/8/99)


Mejía: Y tú, Jesús, tú no has muerto

Y tú, Jesús, tú no has muerto.
Yaces en metempsicosis
para la metamorfosis
de tu espíritu liberto.
Ramón Perdomo

Dios te conserve la fe
con que avanzas por la vida
fe que es bálsamo en la herida
que es anuncio y es porqué.
De tus fuerzas nada sé
en mitad de este desierto
pero cuando voy incierto
escucho tu canto hermoso:
«¡Dios es Todopoderoso
y tú, Jesús, tú no has muerto!».

Ignoro de donde obtienes
tanta fe -tanto coraje-
tan noble y sabio bagaje
y tan francos parabienes.
Si mis coplas son rehenes
del dolor y su narcosis
tu fe es arteriosclerosis
que te salva del recuerdo.
Mientras pensando me pierdo
yaces en metempsicosis.

Vas contento por el mundo
con tus santos y tus santas
a los malvados espantas
y esterilizas lo inmundo.
Reverdeces lo infecundo
curas la tuberculosis
del alma con sabias dosis
de confianza y amistad.
Tú estás listo de verdad
para la metamorfosis.

Por eso admiro tu paso
y respeto tus creencias
pues veo en tus excelencias
luz de aurora -no de ocaso-.
Porque vences el fracaso
porque levantas lo yerto
porque en tus manos no ha muerto
nadie de melancolía
hoy le canto a la alegría
de tu espíritu liberto.

José Luis Mejía (Lima, 27/8/99)


Henríquez: Es virtuosa la mujer

Es virtuosa la mujer
que lleva el hijo en su seno
y es virtuoso el padre bueno
que da al hijo de comer.
Reinaldo Perdomo

I
Desde los tiempos de Eva
la gente ha reconocido
que toda mujer un nido
de amor en el alma lleva.
Su virtuosidad se eleva
como un especial poder
cuando concibe otro ser,
pues aun antes del evento
del primer alumbramiento,
es virtuosa la mujer.

II
La mujer es sacrificio
desde joven hasta abuela;
con su cariño consuela
sin soberbia ni artificio.
Le doy todo el beneficio
del mundo puro y sereno;
le ofrezco mi cofre lleno
de espirituales fortunas
por esas largas diez lunas
que lleva el hijo en su seno.

III
De la mujer la virtud
nadie imita ni supera;
yo le erijo la cimera
torre de mi gratitud.
Mas con menos altitud
cada cual en su terreno
puede dar su santo heno,
y por ese gesto humano
es virtuoso un buen hermano
y es virtuoso el padre bueno.

IV
Enaltece cuando se ama
siendo pobre, sin alijo,
y le llevamos a un hijo
su desayuno a la cama.
No existe más bello drama
de la vida en el quehacer
que cumplir ese deber,
¡honremos la mujer madre
sin olvidarnos del padre
que da al hijo de comer!

Francisco Henríquez (Miami, 27/8/99)


Mejía: Es virtuosa la mujer

Es virtuosa la mujer
que lleva el hijo en su seno
y es virtuoso el padre bueno
que da al hijo de comer.
Reinaldo Perdomo

Valiente como las fieras
en defensa de sus crías
fuente de mis alegrías
y razón de mis esperas.
Con ella las primaveras
llegan a palidecer
y es tanto su amanecer
de caricia y de consuelo
que como fruto del Cielo
es virtuosa la mujer.

Como la madre que entrega
su juventud por los hijos
y es de todos los cobijos
el de constancia y fe ciega.
Porque donde nadie llega
ella es reposo en el trueno
porque nunca en su terreno
podrá germinar la espina
la madre es mujer divina
que lleva al hijo en su seno.

Tiene el corazón de rosa
y encallecidas las manos
hermano de sus hermanos
y fiel varón con su esposa.
Es quien halla en cada cosa
el bálsamo no el veneno
cuando rescata del cieno
el follaje del arbusto.
Es valiente el hombre justo
y es virtuoso el padre bueno.

En tiempos de guerra y muerte
es más sabio y más prolijo
el padre que forma al hijo
más noble nunca más fuerte.
Nada lo deje a la suerte
aquel que tenga saber
y recuerde que el deber
del hombre es ser más humano.
No sólo dé pan la mano
que da al hijo de comer.

José Luis Mejía (Villa Alemana, 6/9/99)


Henríquez: De las espumas del Lago

De las espumas del Lago
los Hijos del Sol salieron
con lucha tenaz y halago
los nativos convirtieron.
César Huapaya Amado

I
Me imagino que esta es una
preciosa incaica leyenda
propalada como ofrenda
por los dioses de la luna.
Cuentan de un lago-fortuna
de un reino feliz y aciago,
donde un inca de ojo mago
vio otros indios que creían
que muchos dioses surgían
de las espumas del Lago.

II
La creencia se volvió
casi una mitología
donde una gente creía
lo que de otra gente oyó.
Más de una tribu creyó,
-pero no porque lo vieron
sino por voces que oyeron
de bocas de los profetas-
que del lago de aguas quietas
los Hijos del Sol salieron.

III
Así, al lago Titicaca
lo envolvía gran misterio
que bajo el incaico imperio
cierto asombro lo destaca.
Y es que el misticismo saca
leyendas de lo más vago
que deje cualquier rezago
de una ilusión transitoria
formando ficticia historia
con lucha tenaz y halago.

IV
Un reloj con su tictac
regó por las mudas rocas
la historieta de las bocas
de Mama y Manco Capac.
Vinos de estrella y coñac
de sol, los incas bebieron,
hasta que se convencieron
que aquel sitio era un abismo
que en un lago de espejismo
los nativos convirtieron.

Francisco Henríquez (Miami, 6/9/99)


Mejía: De las espumas del Lago

De las espumas del Lago
los Hijos del Sol salieron
con lucha tenaz y halago
los nativos convirtieron.
César Huapaya Amado

Inti el Sol Señor del Mundo
vio conmovido que el hombre
andaba buscando el nombre
que explicara lo profundo.
Iba el indio vagabundo
de la tormenta al estrago
pero sincero en el «pago»
con que mostraba su fe
así que le dio un porqué
de las espumas del Lago.

En mitad del remolino
entre el miedo y el asombro
el Dios Inti que les nombro
dio al hombre un soplo divino.
Como marcando un camino
las aguas se revolvieron
y en el Lago aparecieron
dos caracolas gigantes.
Majestuosos y radiantes
los Hijos del Sol salieron.

Manco Cápac el guerrero
y Mama Ocllo la esposa
él valiente y ella hermosa
ella hacendosa y él fiero.
Marcaron el derrotero
«nadie miente -nadie es vago-
nadie roba» y ese amago
de leyes sirvió de base.
Ganaron cultura y clase
con lucha tenaz y halago.

Así nació de la espuma
el Imperio de los Incas
y en Mitas Aynis y Mincas
iluminaron la bruma.
Cultura que es marca y suma
de todas las que existieron.
Entre los Andes crecieron
con paso firme y seguro
y el salvajismo en futuro
los nativos convirtieron.

José Luis Mejía (Villa Alemana, 6/9/99)