PEBdE, Número VEINTIDÓS, febrero 1995

La cita, JULIO RAMON RIBEYRO «Dichos de Luder»

-Nada, absolutamente nada compensa el sacrificio de la vida de un adolescente -dice Luder-. Por eso aborrezco a esos profetas endemoniados que conducen a toda una generación de jóvenes al martirio. Para ellos, sólo para ellos, habría que rescatar los castigos crueles que inventaron los antiguos: ahorcarlos con sus propias barbas y entregar sus restos a la voracidad de los cuervos.

JULIO RAMON RIBEYRO
«Dichos de Luder»


ATENCION

Muchos se preguntan ¿qué es POETAS EN BUSCA DE EDITOR?, ¿qué pretende?; nosotros contestamos.

Somos, valga la redundancia, poetas. O queremos serlo.

Buscamos difundir la poesía, darle un campo, un lugar donde pueda estar sin ser molestada por los mercenarios.

No tenemos forma alguna de organización. No somos sectarios. Recibimos y hemos publicado en nuestras hojas todo tipo de poesía.

Tenemos la intención de dar a conocer a jóvenes creadores, de darles el espacio que muchos no tuvimos a su edad, la oportunidad de mostrarse al público y exponerse a su aplauso o a su indiferencia.

Cobijamos, también, a los olvidados, a los que pasaron por el mundo y nos dejaron composiciones maravillosas que la dejadez y la desidia han ido archivando.

Tenemos, en fin, las puertas abiertas para todos, grandes y pequeños, renombrados y desconocidos, es cuestión de paciencia, nuestras páginas son pocas pero nuestra locura es grande y suficiente.

Ya son veintidós lunas en el frente, no importa que nos digan que el esfuerzo no sirve para nada, los derrotistas andan al acecho pero vamos a salir de la emboscada.


SANTIAGO RISSO (Lima, 1967)

Director del Centro Cultural «MAMMALIA». Colabora con el Suplemento Dominical del Diario «El Comercio». Estudió Ciencias de la Comunicación, ha publicado «Minipoemas-Poemas Telegramas de Amor» (1987) y «Formas de 23» (1994). Actualmente se encuentra en prensa su libro «Rey del Charco». «Reino de la Vida y Otro Poema» que presentamos a continuación es un adelanto de su próximo libro.

REINO DE LA VIDA

«Cuando veas una forma delicada
atrápala
y si es posible abrázala…»
AUDEN

Una rosa
creció
sobre el tallo espino
altiva, inalcanzable
… y se hizo rosa,
pese a la agreste
naturaleza
de la tierra

La sangre emanó
de pronto
muy roja, muy roja
más roja:
era la flor que se desfloraba, y un ser humano
que quebraba sus dudas
cual alas transparentes
de mariposa

Las calles eran vías de vuelo
planeadores azules
solían avisorarse
en el horizonte
prohibido
y la luna alargada
como una planta musácea
excitaba
a la mariposa
que creía ser abeja
y libar, libar
constantemente
libre

Maestro
estoy posando
sobre la cuerda
entre el cielo
y el infierno
y el abismo
es tan profundo
que si caigo
y grito tu nombre
no me escucharás

La rosa se viste de rosa
y
rosa
se
queda
… y
rosa
se
queda

No sé si lloro
por el dolor o por el gozo
pero lloro
y lloro,
las espinas pincharon mi placer
y en caída libre
soltaron mis alas
dejé de ser mariposa
otra vez soy
oruga
y de repente
más tarde
clepsidra

Maestro
ya caí en la peste
y no quise
y sí quise,
confirmarme
ahora
si el dolor es eterno
o si tengo
una sola esperanza
y un par de alas nuevas

De carnoso bodegón
a desolador autorretrato
el cuadro de mi vida
transcurrió
y nadie me preguntó
si buscaba amor

o si el placer
era el templo
de mi pasión suicida

No me lamento,
danzaré
el baile del instante
… y no dejaré de ser
una rosa posada en el pétalo de una mariposa
una mariposa volando en las alas de una rosa
Voy llegando allí:
el fin

El cielo es sombrío y amenazante.
Se eleva un lúgubre hongo atómico
las nubes se van disipando.
Una silueta imprecisa aparece sobre las nubes.
Esta silueta se aproxima.
Puedo reconocer al Maestro, con la mano derecha levantada,
inmóvil, se dirige hacia mí, diciéndome:
«Respira
respira
respira
y verás como vuelve
la esperanza
y dejará de ser esperanza
en el reino de la vida.
La mariposa y la rosa
han dejado de ser
para ser tú»

VIAJE POR EL MUNDO Y LA VOZ

Para Gigio
por ser primero
segundo y tercero
en escuchar la voz

I

Paulatinamente
mi paladar
enceguece
se acoraza
como la madriguera
de la liebre
y no soy libre
y no me libro
de escuchar
lo que por mí
O se dice
el suspiro
es abrir
la puerta
entregar la llave secreta
que es maestra
como el sueño de El
el maestro
Dios
interrupción
dos soles
por dos
cafés
y la distancia
un restaurant
restaura
mi cuerpo
y pelos
uñas sangre lágrimas
sentimientos dolidos
El dolor
es mi fuente suelo
agotar las distancias de
los ríos
encañonar mi voz
a la última marejada
la bofetada como bufón
la luz bajo el sol
la sombra del paladar
boca cerrada
desparpajo
natura eximia
fluidez febril
el poeta
una antorcha acerada
contemplar
la duda
como romántica canción
balada absurda
de Dios
del Sol
miradas
que callan el arte
final
del peldaño postrero
muletas
muletitas
danzan
al compás
de la paz
y la esperanza
seriedad
acontecer
virtuosismo
conveniencia
curiosidad
tormenta
soy sólo un ser
que palpita
y que incendia el fuego
en cada escape
a su Yo
a la industria del alma
fluir
la voz
otra vez
interrupción
hartazgo
cobrar los cafés
el sol visita otras galaxias
la tierra se viste de café
y a mí llega la noche
que ya no es
ahora es luz del ártico
costumbre
lumbre de la natura
abrigo
de la sangre
que está
abajo de los vellos
abajo de la piel
abajo de los poros
abajo de los huesos
en las venas
dentro
la voz es sangre
la luna azul fulgor
brillo exagerado
piedra lacerada
cae
resbala
como un verso
atrapado
en un escupitajo
que tiene
de por sí
sangre
y venas
y huesos
y piel
y pelos
y también
lágrimas llantos
gritos
silencio
nuevas interrupciones
Otra oportunidad
canción que no entona
en el tono viceral
paulatina
oportunidad
la Vida
vida entre comillas
entre comidas
sosas
la mejor sazón es el alma
de quien cocine
restaurant es el alma
en cada pie y suela
zapato tacón
vagón
ir y venir
un dos
un dos
estoy yo
¿estoy Yo?
Llega la Primavera
las flores no pueden florecer
el ser
engendrado en el abismo
el bonsai (en si mismo)
gobierna el acantilado
serenidad para subir
vergüenza al bajar
la única escalera
es el empino
me empeño en conocer
como un haikú
y practicar tres líneas
tres peldaños
tres salidas
tal vez
estas:
«Viento
viento
viento»
Parece que la vida es así
el momento del ente
no
es el momento
ya pasó
como pasa el verso
transcurre la vida
el bonsai el haikú
lo demás
el Tao Lao Tsé
no disputaré
las enseñanzas de El
pero Maestro
permítame añorar
la dicha
y esto no significa
ganar el concurso
el curso
de la vida
la sinfonía más eterna
la hicieron las notas
más simples
los bemoles los Sol
los Re los Mi
y qué se yo
sólo a mí
me pasa
y por lo tanto
a Tí
que lees esto
con tus ojos en esto
como si esto fuera el reflejo de tus ojos
muy largo el verso
anterior
disgregaré
la palabra
el niño
que deja en la calle
a su madre
y se va a correr
tras la pelota
el mundo
no es un juego
todos juegan al mundo
el mundo
y se disputan
sangre
venas
huesos
piel
(también poros)
vellos o pelos o cabello
o cabezas rapadas
y qué se
que sólo se
ante un juego
donde yo pierdo
y tiran de mis huesos
(y todo lo que está
en la superficie
o adentro)
¡Hasta cuándo
interrupción!
Versos
dardos
sin dirección
intuición
que resbala
cual amanecer
canto quebrado
por el gallo
(y mala voz)
agita sus alas
se sacude
alista a volar
y cae
y la carcajada
es la luna boreal
el paraíso
donde la noche
es eterna
y el sufrimiento
y el odio
y el dolor
y el Tao se fue al tacho
tachuelas
por debajo de mis dedos
sorpresa
tengo garfios
y soy un demonio azul
que no se deja ver
en la noche
y como la noche es todo
soy incoloro
soy invisible
transparente invencible
Fijo mis garras
en el odio
y de ahí nazco
más odiado
más odiante
más temido
hasta un verso tiembla
y no es el frío
Todo despojo es la voz del grito
el augurio
de la solaz
desolación
un verso que hiere
yace
siendo ser humano
ente intermitente
energía nucleante
porque
es sangre venas huesos
piel interior
piel alzada
como un lomo
de libro antiguo
otra y enésima interrupción
ya no sé
a dónde voy
por dónde voy
ni el lenguaje
ni mi voz
ni vine
ni sé
qué pasó
Sueño terrible
engendro
genes hervidos
hongos bañados en Mar
con toda su inmensidad
con todo su mar
la voz quiero
repetir
y re-comenzar
este poema
indomable
¿Así puede ser?
Domador de distancias
y ansias
y espejos
y logros y juegos
mi ser rebota
como la tierra
(Hay otros demonios)
yo no soy Gabriel ni Lucifer
ni me alejé volando
del verso
la vida (y todo ello
incluso la muerte
si hay?
si no hay)
Es un café
mejor dos
yo pago
y me pagan
dos soles
como símbolos del Tao
Yin Yang
blanco negro
equilibrio
Llegar en el mejor
momento
con el saco puesto
(y no sacarlo)
y camisa (fuerza)
y corbata (soga)
y pelos y piel y huesos y venas
y sangre otra vez
¿Soy por eso demonio?
Rojo en el aire azul de la noche.

II

La palabra quebróse como un acantilado
donde la forma se hizo vertical y
la historia es una manzana carcomida
sangrienta cual sangre
que emana como gota ininterrumpida al vacío
la soledad no es más testigo
que el quiebre de la palabra
la mariposa incolora
que deshace sus alas
a la luz
la esperanza es tan verde
como el prado de tu mirada
me haces fiel, me haces infiel
haces que yo sea fiel/infiel a tí
enamorado de la palabra como un mudo alucinado
que rompe muros
y que paraliza su labor
al término del último ladrillo
aquietado, sólido como la pared
imperceptible
al aleteo de la mariposa transparente
Así eres tú como yo
entre la distancia de la palabra frente al silencio
un ente alucinado
navegando en la orilla,
en la permutación de la sonrisa
frente a la cara inmóvil
como la sombra que queda a oscuras
y ya no es sombra
«la mariposa incolora/que quiebra sus alas a la luz»
«la mariposa carcomida/ como los dientes de tu silencio»
y ya no es más sombra
y te digo
que ya no es más sombra
fuiste tú la cascada de luz
que brotó invadiendo la raíz de la pupila
y fuiste tú la cascada
que vació mi mirada
y fuiste la que conflagró en el vacío
la mariposa incolora
la soledad extrema
el silencio de mi voz
el desafeitar de mi mirada
Ahora arrastro mi verticalidad hasta el acantilado
y ante el extravío
-producto del tedio-
me quedé sin voz
y allí nomás
ahorita nomás
enamorado de la palabra
quédome mudo
cegado por la incoloración
de tu mirada sin sombra
sin el brillo del iris
sin un rezago de luz
que me pueda vislumbrar
la luz
como la imaginamos
en el paraíso alucinante
de la palabra quieta a la contemplación.

III

Solamente hay silencio
… y sangre
… y poeta
quieto
enceguecido en la voz de la palabra
y poesía nada más.

FIN DE
«REINO DE LA VIDA Y OTRO POEMA»


José Luis Mejía (Lima, 1969)
CAUTIVA

(fragmento)

II
Hay una joven princesa
en el Alahambra cautiva
es hija de un gran Rey moro
y una cristiana suicida.
Era su madre tan noble
que debió ser elegida
por reina de los cristianos
si no llegara ese día
en que diez mil bereberes
irrumpieron en la villa
donde estaba la doncella
haciendo rosas de arcilla.
Era joven era hermosa
era buena y tan sencilla
que todos la deseaban
y nadie la merecía.
Hacía rosas de barro
y a los príncipes decía
que ella daría su alma
su cuerpo y sus energías
al varón que se atreviera
a tocar de las espinas
de las rosas que moldea
que son de barro y ortiga.
Entran los moros al pueblo
y la princesa peligra
sus soldados la defienden
con espadas decididas
y la batalla es sangrienta
y la lucha es tan reñida
que es difícil de saberse
quién ganará esta partida.
Los cristianos caballeros
y los moros de valía
se enfrentan en lucha aparte
por el honor que los guía.
Si las guerras entre humanos
para los dioses son dignas
las batallas entre nobles
son epopeyas divinas
son relámpagos de gloria
que a los hombres eterniza
son instantes de la historia
en que los dioses se fijan
en los hombres y recuerdan
que ellos les dieron la vida.
Al fin se aplaca el combate
y la balanza se inclina
al bando de los infieles
cuya proeza es tan limpia
que no hay reclamo que hacerles
que la victoria obtenida
es victoria de las grandes
sin bajezas conseguida.
Está sola la princesa
con su rosa sostenida
el rey moro se le acerca
la mira firme -la mira-
y le dice: «Mi cristiana
son mías todas tus villas
tus castillos tus palacios
y tus tierras más queridas
tan sólo falta señora
tomarte y que seas mía.»
«Eres valiente rey moro
-la princesa le replica-
pero si quieres tomarme
por completo y sin mentiras
falta que pases la prueba
final de tu valentía.»
«A quién tengo que vencer
quién va a ser el que me mida
a quién hay que darle muerte
cuál es la prueba temida…»
«Tú vas a ser el que sepa
la verdad de tu medida
tú vas a ser tu rival
tú medirás tu osadía.
Esta rosa que te entrego
en sus espinas tan finas
puede tener el veneno
que signifique tu ruina
es de arcilla y nunca nadie
se quiso a hacer una herida
por temor a que la muerte
tenga con ella una intriga
un pacto para llevarse
a la persona atrevida
que se clave con las púas
de esta rosa maldecida…»
«Soy amigo de la muerte
-dijo el Rey con ironía-
y si el precio de tenerte
es el riesgo que me indicas
venga la rosa y la suerte
ha de ser la que decida…»
El moro tocó la rosa
que se turbó estremecida
pues de rosa hecha de barro
en rosa fue convertida
con vida propia y radiante
rosa roja construída
con el lodo y con la sangre
de dos almas perseguidas.
«Eres tú a quien yo buscaba
eres moro a quien quería
me voy a vivir contigo
aunque sé que esta alegría
con dolor la pagaremos
sin que nadie nos redima.
Nuestros dioses que entre guerras
siempre peleando vivían
se unirán para vencernos
para mostrarnos sus iras.
Ya nada puede salvarnos
nuestro amor dará una hija
que pagará por nosotros
este amor que nos cobija
nosotros seremos muertos
por el puñal homicida
de algún traidor que pretenda
arrebatarnos la dicha.
Nuestra hija prisionera
-mora cristiana cautiva-
sólo será liberada
-y sabrá de la alegría-
por el hombre que convierta
las penas en poesías
si no sucumbe a los males
si no pierde la armonía
salvará a nuestra princesa
y a nuestras almas malditas…»