PEBdE, Número QUINCE, julio 1994

La cita, MARIO BENEDETTI «Corazón coraza»

Porque te tengo y no
porque te pienso
porque la noche está de ojos abiertos
porque la noche pasa y digo amor
porque has venido a recoger tu imagen
y eres mejor que todas tus imágenes
porque eres linda desde el pie hasta el alma
porque eres buena desde el alma a mí
porque te escondes dulce en el orgullo
pequeña y dulce
corazón coraza

porque eres mía
porque no eres mía
porque te miro y muero
y peor que muero
si no te miro amor
si no te miro

porque tú siempre existes dondequiera
pero existes mejor donde te quiero
porque tu boca es sangre
y tiene frío
tengo que amarte amor
tengo que amarte
aunque esta herida duela como dos
aunque te busque y no te encuentre
y aunque
la noche pase y yo te tenga
y no.

MARIO BENEDETTI
«Corazón Coraza»


ATENCION
Alguien dijo alguna vez que no importa si un poema lleva el nombre de la persona a quien está dedicado, lo importante es que «esa persona» se sepa la causa de su creación … Con suerte este boletín llegará a uno o dos millares de lectores (teniendo en cuenta que a partir de esta edición el tiraje es de mil ejemplares), pero, y aquí está lo importante, ¡qué le interesará al lector el origen del poema!, qué le importará la causa real, mágica y primera de una poesía… al lector le interesa lo que ese poema le dice a él de sus días, de sus inquietudes, de sus angustias; al lector le interesa lo que del poema puede alimentarlo, hacerlo crecer o soñar, someterlo o liberarlo; al lector le interesa él, es evidente.

Sólo una persona fue causa de todos los poemas que conforman este número y sólo uno es el creador… algunos dirán que es vanidad; otros, que es locura; unos cuantos, sólo unos cuantos, comprenderán; y, claro, sólo una, única e irrepetible, verdadera y soñada, sólo una entenderá todo lo que quieren decir estas palabras…

Esta no es una excusa, ni una disculpa…

Hoy José Luis Mejía deja saldada una vieja deuda, no importa que no sirva para nada…


José Luis Mejía (Lima, 1969)
EN EL CAFE

Sentado en el café
entre moscas
entre gente
-que jamás he visto-
entre cruces
entre rezos
entre cristos
entre personas
-siempre entre personas-
estoy sentado
-amor-
estoy a solas
queriéndote querer
como hace tiempo
cantando tus historias
a los vientos
contando tus momentos
a las olas
estoy buscando
-amor-
y nada encuentro
contigo se marcharon
mis locuras
mis viejas
-imposibles-
aventuras
mis viejos
sentimientos
mis ganas de ganarle
a las estrellas
mis dioses y mis cuentos
estoy buscando
-amor-
y ni las huellas
me indican el camino
verdadero
otros ya pisaron
ya pasaron
-amor-
por el sendero
de otros es ahora
este camino
de otros
este mar
este barranco
de otros los pecados
y las manos
que tocan
-una vez-
lo inaccesible
de nuevo es invisible
lo invisible
de nuevo es invencible
el desencanto
de nuevo
voy andando
y desandando
por bosques
y cuchillos
(el amor no ha dejado
de ser eso
el beso siempre es beso
y siempre gusta
tan sólo pasa
que el amor se asusta
que el beso besa
pero ya no es nuestro)
estoy sentado
-amor-
y se hace tarde
y hay cosas por hacer
y ya no tengo
licencia
ni permiso
ni ansiedades
ni ganas de creer
en espejismos
estamos sin estar
-somos los mismos-
por eso ni te extraño
ni te espero
a base de experiencia
sabemos
-desde ya-
lo verdadero
tú nunca
-nunca más-
serás ausencia
yo nunca más
-amor-
seré vacío
tenemos
para amarnos
sed y frío
para encontrarnos
toda
la existencia.
16.06.1994

EN CADA COSA

Me renuevo por ti
en cada cosa
en cada continuar
estando vivo
en cada poesía
que te escribo
en cada acción
en cada mariposa.

CUATRO SONETOS DEL 16 DE JUNIO
CARACOLAS

No escucharás mi voz ni tendrás flores
no me verás hoy día ni un momento
no probarás mi beso ni mi aliento
ni sabrás de mi fe ni mis dolores.

Hoy estarás rodeada de impostores
que jurarán colmar tu firmamento
de sueños que se esparcen por el viento
ajenos a tu magia y tus colores.

Hoy que todos celebran yo me ausento
me voy al mar y canto con las olas
nuestra efímera historia como un cuento.

Las olas hacen giros -caracolas-
celebran tu existir -tu nacimiento-
y estamos juntos aún estando a solas…

EN LA BANCA

He recorrido todos los caminos
que me llevaron siempre a tu presencia
y debo confesar que mi insistencia
no puede con los dioses ni el destino.

El sol salió a mirar -el viento vino-
el mar trajo sus olas y tu esencia
y todo me gritó que tu existencia
tiene de magia de ritual de espino.

Y todo está según lo abandonamos
las piedras el sendero y la barranca
las flores solitarias y los ramos.

La espuma de la mar sigue tan blanca
y siguen las caricias que dejamos
en el tiempo en el aire y en la banca.

16 DE JUNIO

Es 16 en la mitad del año
es junio y hace frío y es invierno
estoy sentado al frente de un cuaderno
que a fuerza de saberme ya es extraño.

Estoy algo molesto y algo huraño
seguro de lo frágil de lo eterno
de la absurda amenaza del infierno
y de la inmensa marca del rebaño.

Estoy mirando cómo se termina
el último renglón del viejo cuento
de rosas sin rosal y sin espinas.

Es 16 y al 16 me enfrento
y voy entre silencios a mi ruina
y llendo donde voy no me arrepiento.

QUIEN

Podrán quererte con sabiduría
podrán tomarte casi sin empeño
podrán cortar sin titubear tus leños
podrán probar probarte la alegría.

Podrán abrir tus ojos en el día
podrán a lo mejor robarte un sueño
podrán sentirse por error tus dueños
podrán perderse en tu melancolía.

Pero quién te querrá sin contenerte
y quién te tomará tras la batalla
y quién te probará sin ofenderte.

Y quién ha de escalarte la muralla
y quién irá al infierno para verte
y quién te seguirá por donde vayas…

EN LA MONTAÑA

Hoy la tormenta ruge en la montaña
y tiemblan los curtidos leñadores
bajo la sombra fiel de su cabaña.

Parece que gritara mil dolores
que arrojara mil cóleras guardadas
mil rabias mil pasiones mil rencores.

En la choza del fuego iluminada
en medio de la angustia y de la euforia
los hombres rezan la oración gastada.

«Mientras se calma el viento mi memoria
-les dice el viejo sabio leñador-
intentará traerles una historia…»

-Allá donde se pierde el resplandor
donde se oculta el sol todos los días
allá viven los dioses sin dolor.

Los dioses no conocen alegrías
no conocen de penas ni ansiedades
de frustraciones ni melancolías.

No les conmueven todas las maldades
ni saben en verdad qué es la tristeza
ni saben de rencores ni amistades.

Son sabios de los pies a la cabeza
por eso es que no tienen corazón
ni saben del amor ni la belleza.

Ni sienten ni han sentido la pasión
jamás se han desquiciado por un beso
y no han temblado nunca de emoción.

En vez de corazón tienen un yeso
completamente endurecido y frío
sin formas definidas y sin peso.

No sienten ni la angustia ni el hastío
y nunca duermen y no tienen sueños
y hacen girar el mundo a su albedrío.

De todo el Universo son los dueños
son dueños de la vida y de la muerte
y de los mundos grandes y pequeños.

Son dueños del destino y de la suerte
de todos los que no son inmortales
los que no son como los dioses fuertes.

Son dueños de la mar y de sus sales
de la tierra con todas sus semillas
de todas las virtudes y los males.

Ellos cogieron por jugar arcilla
formaron moldes de pequeños dioses
e hicieron con la tierra maravillas.

Nos dieron sus sonidos y sus voces
nos dieron algo que llamaron vida
cuyo misterio nadie lo conoce.

Nos dieron una tierra prometida
un pequeño lugar en este suelo
un tiempo y un espacio con medida.

Cubrieron nuestra vista con un velo
y nos pusieron para divertirse
un corazón de carne y un anhelo.

Y nos dijeron: «ahora pueden irse
les damos la completa libertad
las ganas de vivir o de morirse…»

«Son dueños de su calma y ansiedad
son dueños de sus risas y sus penas
son dueños de su toda humanidad.»

Y nos dejaron solos y en las venas
nos pusieron la sangre y las pasiones
la vida transitoria y sus cadenas.

Supimos que existían corazones
que dentro de los pechos se agitaban
y dirigían todas las acciones.

Los corazones todo lo marcaban
con ellos decidíamos qué hacer
ellos nuestras jornadas señalaban.

Y los dioses miraban con placer
que el corazón medía nuestro paso
desde el justo momento de nacer.

Y vieron nuestra gloria y nuestro ocaso
y vieron nuestra humana perdición
y vieron nuestros triunfos y fracasos.

El dios de dioses en una ocasión
llamó a todos los dioses y les dijo
que los humanos eran diversión.

«Tan sólo dioses míos les exijo
que nunca les entreguen la razón
ni el poder de pensar con que los rijo.»

«Cuidado con la antigüa maldición:
«los hombres pueden figurarse dioses
si los dioses admiten la pasión».»

«Ellos serían grandes y feroces
ellos tendrían almas inmortales
y fuerzas imposibles en sus voces.»

«Serían consecuencias tan fatales
que nuestro corazón de yeso inerte
nos latiría a golpes infernales…»

Y así pasaron vidas y mil muertes
y los dioses jugaban y reían
y echaban a los dados nuestra suerte.

Los humanos sufrían y sufrían
y nadie de sus penas se apiadaba
los dioses más aun se divertían.

En eso un día cuando se paseaba
una pequeña diosa en la montaña
oyó la voz de un hombre que cantaba.

La voz venía de una gris cabaña
era un canto de amor apasionado
una música mágica y extraña.

Oyó la diosa la palabra amor
y se llenó su cuerpo de temblores
y quiso conocer a ese cantor.

Asi se convirtió en ramo de flores
y se puso a la puerta del poeta
y embelleció el espacio de colores.

Salió el cantor de su prisión secreta
y vió las flores y se enamoró
de aquellas flores bellas y discretas.

Y les cantó de amores y cantó
con tanto corazón y tanto empeño
que la diosa cual diosa se mostró.

Ella le preguntó cómo era un sueño
y él quiso saber de la razón
y se sentaron juntos en un leño.

Y él le dijo a ella: «la pasión
es una perdición para tu raza
te mato si te doy un corazón…»

Ella le dijo: «van a darnos caza
para siempre seremos perseguidos
por no escuchar a dios y su amenaza…»

«Ellos tienen temor de tus sentidos
le temen al amor y a sus estancias
al corazón y a todos sus latidos.»

«Te entrego la razón en mi fragancia
te pido un corazón para quererte
rompamos de una vez tanta distancia…»

«Piénsalo bien que puedes deshacerte…»
«Yo no conozco el miedo-djjo ella-
y hace mil años quiero conocerte…»

Allá en el cielo se apagó una estrella
aquí en la tierra se prendió una vida
y un beso el pacto de este amor lo sella.

La tierra fue en temblores remecida
y la razón llegó hasta los humanos
y hasta los dioses ímpetus suicidas.

Los hombres construyeron con sus manos
palacios y castillos y mansiones
y fueron como dioses soberanos.

El sol llegó hasta todos los rincones
y los humanos fueron deslumbrados
por la verdad y todas sus razones.

Los dioses de pasiones agitados
sintieron su equilibrio conmovido
sintieron sus placeres terminados.

Lanzaron sus furores desmedidos
golpearon a los hombres sin clemencia
en toda su pasión estremecidos.

Los hombres resistieron con vehemencia
hicieron que el vivir sea una hazaña
y toda una aventura la existencia.

Por eso el viento azota la cabaña
son los dioses buscando a los amantes
que viven hace siglos desafiantes
en la oculta región de esta montaña…

DE NADA

De nada importa si perdí contigo
o si valió la pena lo cobrado
de nada importa lo jamás llorado
que nunca lloro frente al enemigo.

De nada importa que se queme el trigo
que el bosque una vez más sea talado
que el viejo marinero naufragado
encuentre en tu picota su castigo.

De nada importa todo lo que dude
a sólo cinco metros de la orilla
ni el salvavidas que jamás acude.

De nada importa sacudir la arcilla
de nada importa todo lo que pude
de nada importa tanta pesadilla.

VALGAN VERDADES

Para qué celebrar tu nacimiento
a quién le importa sonreír un día
para qué traficamos alegrías
sonrisas inventadas al momento.

Para qué tanta historia y tanto cuento
y tantas trasnochadas melodías
para qué remontar en fantasía
un invisible y falso firmamento.

No quiero celebrar los tantos años
que tienes de labrar tus ansiedades
rodeada de extranjeros y de extraños.

No estoy de humor… (que valgan las verdades)
me siento ajeno a todo tu rebaño
a todos tus caminos y ciudades.

SOLO UN MINUTO

No hay alma para el alma del que muere
no hay risa para penas tan extrañas
no hay un solo rincón en la montaña
que sepa comprenderme los placeres.

Nunca tiendas la mano nunca esperes
no hay formas de romper telas de araña
el lobo pierde el pelo… no las mañas
y hunde las garras siempre cuando quiere.

Y andando sin motivo y sin razones
en tu razón hallé buenos motivos
y en tus motivos buenas intenciones.

Sólo un minuto valió estarse vivo
y valió resistir las estaciones
y valió lo que siento y lo que escribo.

AUN

Sin cadenas no existen libertades
sin vida es imposible ser un muerto
y sin perderse nada es descubierto
y sin los años sobran las edades.

Sin la belleza sobran vanidades
sin sueños para qué seguir despierto
por qué dejar en el camino abierto
las ganas de vivir sin ansiedades…

Sin haberte tenido derrepente
no sentiría tanto desconsuelo
sería más normal -seguramente-.

Sin haberte tenido mi desvelo
no tendría razón y ciertamente
no conociera aún que existe el cielo.

MONTERROSA

Monte de nieve coronado en rosa
-que vives siempre al lado de tu hermano-
qué lejos te presiento de mi mano
-alada y atrevida mariposa-.

Monte preciso donde no reposa
el que te escala y llega hasta tu arcano
recuerdo que algún día mi villano
probó del néctar que el rosal reboza.

Quien te conoce ya jamás te olvida
y quien te escala nunca se arrepiente
y siempre encuentra en tu calor guarida.

Monte Sagrado voy irreverente
a buscar el camino de la vida
desde tu cima a conquistar la fuente.

CORO DE JILGUEROS

Irreverente coro de jilgueros
que dicen lo que tienen que decir
alborotados todos por salir
de las murallas blancas prisioneros.

Los pájaros de amor son los primeros
embriagan el deseo y el sentir
los tormentosos cantan para herir
los rencorosos son los más sinceros.

Del canto más humilde y armonioso
al más provocador -más atrevido-
todos saben salir de un mismo pozo.

Pozo en que viven todos escondidos
nidal sencillamente portentoso
quién juntara su nido con tu nido.

MURALLA BLANCA

Muralla del color de la paloma
mensajera de paz y de armonía
que muestra su admirable geografía
a la caricia amable de una broma.

Impresionante construcción que asoma
como una sabia muestra de porfía
acorde en fabulosa simetría
con la roja llanura que la doma.

Muralla que devora entre sus redes
la carne más ligera y la curtida
regálame el favor de tus mercedes.

Acoge gran muralla a este suicida
en la blanca virtud de tus paredes
en tu ambición oscura y escondida.

LA CUCHILLA

No eres metal forjado ni madera
Ni espada -ni lanzón- ni verduguillo
eres la cara oculta del cuchillo
defensa terminal de la pradera.

Morir en tu rigor es la manera
más bella de morir con mejor brillo
someterse a tu filo es tan sencillo
que sueles doblegar a la primera.

Quien toma la pradera no ha vencido
es víctima también de tu simpleza
es -creyéndose grande- un sometido…

Penétrame cuchilla y atravieza
mis llanuras paredes y mi nido
y prueba en mi cuchilla tu grandeza.