PEBdE, Número VEINTICUATRO, abril 1995

La cita, PABLO NERUDA «Farewell»

Amo el amor de los marineros,
que besan y se van.
Dejan una promesa.
No vuelven nunca más…

PABLO NERUDA
«Farewell»


ATENCION
Eternos buscadores, los poetas… O eternos inconformes… No faltará quien diga que son, sencillamente, unos pobres sujetos inestables atados a sus bruscas emociones…

El artista está más cerca a la totalidad que nadie, por eso no es virtuoso, ni tiene que ser bueno (para eso están los santos). El poeta siente el mundo que le rodea y trata de transmitir ese sentir en sus composiciones; por eso, tanto puede hablar de amor como de cólera, de justica como de venganza, de dios como del diablo (para que todos entiendan…).

Alguien dirá que sostenemos que basta con decirse poeta para tener la potestad de hacer y deshacer todas las cosas, no lo creemos, si algo debe exigírsele al que pretenda ser considerado artista (sea cual fuere el arte que profese), es la honestidad… y no es sencillo hallarla en abundancia.

Así las cosas, no nos detendremos para pedir excusas por ser quienes somos, ni por hacer lo que hacemos. Cada alto en el camino será para mostrar nuestras verdades, ácidas, arbitrarias, incompletas, pero que dicen de lo que sentimos, sin doble voluntad, ni vaguedades…

Amigos hay muy pocos, hay muchas amistades, saber reconocer la diferencia, ya es un paso adelante…


José Luis Mejia (Lima, 1969)

Cómo más allá existen en la playa arena flor y mar…

«-Todos llegan de noche,
todos se van de día.
El amor es tan sólo una posada
en mitad del camino de la vida…»

JOSE SANTOS CHOCANO
«La Canción del Camino»

Cómo

Cómo iba a saber
que era tan cierto
que estaban
con su aliento
al lado mío
si nunca
creció el río
en el desierto
si dentro del vacío
nada existe
si las frases
estaban
enredadas
si en plena carcajada
se callaron
si hablaron
con secretos
si fue
tan indiscreto
este paisaje
si todos los mensajes
estuvieron cifrados
de antemano
cómo saber
que andaba
por el rumbo
que lleva
-como siempre-
a lo improbable
que el verso
más amable
podía ser tomado
de mil formas
que las normas
varían
con los años
que por no ser engaño
empapelé
de lodo
la inocencia
que en toda
mi impaciencia
para gritarle al mundo
mis afectos
olvidé lo imperfecto
de los hombres
olvidé que los nombres
se maltratan
que por más
que combata
los presagios
siempre tendrán
los sabios
la ventaja
(y cómo
por querer
se pueden cometer
tantos errores…
será como los buitres
que por tomar
su canto
terminan devorando
ruiseñores…)
a pesar de la culpa
no existen
los culpables
existen los que olvidan
la advertencia
y olvidan las razones
de la sangre
y el miedo de escuchar
la frase cierta
y la pena
que labran
las verdades
cómo pudieran
comprender
que estuve
buscando un claro
más allá del beso
que en el inmenso
espacio
de mi barro
ellas tuvieron
un lugar
y un peso
que en el rigor
intenso
del verano
ellas fueron la brisa
de aire fresco
el gesto
y el instante
y el sentido
el paso hacia adelante
y el misterio
ellas fueron oídos
que a mis voces
dijeron sus secretos…

Más allá

No hay nada más allá

(tan sólo el remolino
y el viento de la muerte)

no esperes una mano
están todas resecas
abiertas
de tanto estar tendidas

no hay nadie
que te ayude
ni gestos
ni sonrisas

la prisa ha capturado
a casi todos
y el siempre
terminó
con los restantes

no sigas adelante

no hay nada más allá
-te lo repito-

son muchos
los que han muerto
persiguiendo el mito
de la gloria

-la historia sin historia-
apestan los rincones

allí se ha atrincherado
la desgracia

allá la magia
pierde
su sentido

allí quedan podridos
los empeños

no sigas el señuelo
del vacío
sus ríos sólo llevan
hasta el fango

-cuidado con tus pasos-

de tanto caminar
ya te has perdido

en la primera huella

en esta estrella gris
y en este ocaso

esperas lo imposible
y en la espera
malgastas
lo sencillo:

-el pájaro que canta
en la mañana

-la mano simple y llana
del amigo

-el verde retoñar
de cada rama

-el beso
y el abrazo
y el suspiro.

Regresa de una vez.

No hay nada más allá.

Te lo repito.

Existen

Sospecho

que en plena primavera
perdiste los motivos

que una tarde
cualquiera
rozaste la locura

que las duras
y torpes condiciones
te quebraron
(pero sobreviviste)

que le diste mensajes
que su amor
-tatuado de rutina-
no entendía

que sólo te quería
por tomarte
para robarte
toda
con un beso

que el peso
de tus muchas
inquietudes
lo redujo

lo puso en su tamaño
verdadero
en su rincón preciso
y en su espacio
(donde nada
en común
tiene contigo)

no pudo ser tu amigo
y todo lo demás
perdió importancia

marcadas las distancias
retomaste el sendero

la tentación

las ganas de arrojarse

las ganas de largarse
de este sitio

y el grito te salió
del mismo centro

del agujero negro

de la infancia

(y nadie te salvó)

y así te diste cuenta
que nadie va a correr
por tu camino

que nadie puede
remontar tu vuelo

que por más
que lo pidas
no vendrá de regreso
para llevarte arriba
o más arriba
a un cielo
que no es cielo

(y nadie te salvó)

y te inventaste plumas
para el aire

y batiste las alas

y saltaste

-tentando el intentar
volar más alto-

y a punto de llegar
te demostraron

que duele

que no puedes huir
de tus fantasmas

que pronto va a estallar
toda tu angustia

tu loca soledad

tu sola nada

estás desesperada
y cómo sueñas
con quedar vacía

con que pasen los días
y el invierno
te permita amasar
tu luz tan blanca

te viste en la barranca
y llegaste a un acuerdo
con tu vida:

«estoy pero no estoy
me voy
pero me quedo
quizás un día encuentre
los motivos
y pueda interpretar
este sendero
y pueda comprender
este camino…»
y estando
sin estar

llegaron los demonios

llenaron tus estancias
con sus voces

con sus ojos
que brillan
en la noche
como estrellas
de fuego
que iluminan
la presa
para los cazadores

(y en medio del tumulto
alguien te juró
que un dios te guarda
que en las
podridas calles
de este mundo
los ángeles existen
y pelean
y llevan salvación
a los heridos
y traen
contra los ruidos
de la muerte
los cantos
del mañana)

«hay ángeles
-insiste el que aconseja-
que no los puedas ver
no es importante
hay ángeles
y tienen en sus fuerzas
la luz
el entusiasmo
y el coraje…»

pero viste también
que hay impostores
(que seducen
con mágicas miradas)
vencidos que sonríen
y quieren sumergirte
en su desgracia…

entonces
-con el último sueño-
te inventaste

arcángeles
vestidos de imposible

fugaces

invisibles

hermosos
de hermosura
inconsistente

lejanos

irreales

-los ángeles prohibidos
que en el fondo
no quieren acercarse-

(ángeles cobardes
son ángeles caídos
son demonios
son cantos de sirena
a tus oídos)

en medio de las ruinas
los ángeles existen
y pelean
y están
y nos cobijan
y nos hablan
y tienen manos
para asirnos de ellas
y tienen salvación
en la mirada
y tienen labios
para darte un beso
de vida
de ilusión
y de esperanza

los ángeles existen
están
entre tus penas
y la nada

los ángeles existen
son de huesos
sonríen
y te aguardan.

En la playa

Sandra y Andrea
juegan
en la playa
y hacen castillos
de agua con arena
y sienten el oleaje
a sus espaldas
y sienten el vaivén
de la marea

descalzas en la orilla
me encontraron
y mezclaron
sus huellas
con mis ansias
y llegaron los vientos
del pasado
a mis olas inmensas
y gastadas

las dos
me devolvieron
a los días
del trueno
del relámpago
y la trampa
de la vieja
y ritual
melancolía
del canto sin canción
y sin guitarra

Sandra en palabras
puso más palabras
Andrea hiló palabras
con silencios
Sandra ha encendido
las antiguas llamas
Andrea ha reavivado
los misterios

Sandra me entiende
todas
las metáforas
las tiendas
los ovillos
los muñecos
las langostas
la mar
y las pisadas
y el bosque
de los cedros
y Gepetto

Andrea entiende
todas
mis miradas
mi no mirar
mi estarme distraído
mis frases
casi nunca terminadas
mis repentinas
ráfagas
de olvido

Sandra en sus ojos
habla con idiomas
perdidos
en las páginas
del tiempo
que dicen maravillas
que se ignoran
que las puedo sentir
y que no entiendo
Andrea
habla en sus ojos
lenguas vivas
que gritan
que se enredan
y blasfeman
palabras
que se entienden
que salpican
sangre
arrogancia
lágrimas
y penas

Sandra vive
con miedo
de sus monstruos
y me construye
excusas
y barreras
no quiere conocer
qué hay en el fondo
y quisiera escapar
de la marea

Andrea tiene
monstruos
y sin miedo
les pide compañía
y les conversa
me regala la ruta
de su infierno
y aunque la mar
se encrespa
sí se queda

Sandra
tiene intenciones
de salvarse
de sonreír al mundo
y sus miserias
de cabalgar en lomos
del coraje
de descubrir las flores
tras la puerta

Andrea está perdida
de antemano
en la propia prisión
de su grandeza
y quiere caminar
de charco en charco
entre flores
marchitas
y deshechas

Sandra es vida
tentada por la muerte
Andrea es muerte
que nació entre vidas
Sandra en el fondo
busca una saliente
Andrea sabe
que ya no hay salida

Sandra le teme al paso
de mis años
a todo lo vivido
a mi experiencia
a mi poder oculto
a mis engaños
a mis dioses paganos
y a mi ciencia

Andrea quiere el peso
de mis años
mis ángeles
mi vida
mis miserias
mis noches
mis demonios
mis pecados
mi instante de virtud
y mis leyendas

Sandra me quiere
de timón y nave
de salvavidas
de guardián
y cielo
Andrea me requiere
de vendaje
de aliado en la pelea
y de consuelo

para Sandra
soy viejo
sacerdote
que la puede
iniciar
en el camino
y para Andrea
soy
la antigua torre
que le señala
el valle
perseguido

ambas ignoran
que soy hombre
y cuerpo
que soy pasión
y penas
y latidos
que cedo
a tentaciones
y deseos
que soy humano
en todos
los sentidos

ambas ignoran
que también
soy miedo
y arenas
y desiertos
y ansiedades
y rabias
y alegrías
y tormentos
y mentiras
y dudas
y verdades

¿alguna habrá pensado
en mis tristezas?
¿a alguna le interesa
mi sendero?
¿alguna tiene ganas
de internarse
en mi camino
absurdo
y verdadero…?

se acaban
los momentos
y es momento
de hablar
-sólo por hoy-
con la verdad
están a punto
de lanzarse
al viento
pero este viento
no aprendió a volar

no soy
el salvador
soy el perdido
pero nunca
dejé
de caminar
y paso a paso
me he sobrevivido
y gota a gota
construí este mar

soy noche
pero tengo
mis estrellas
mi luna
que no deja
de brillar
mis chispas
que son pocas
pero bellas
mis fuerzas
y mis ganas
de avanzar

quien quiera
andar conmigo
que se arriesgue
que deje todo
y vuelva a comenzar
que se embarre
en mi lodo
que se enrede
en mi bien
en mi nada
y en mi mal…

Sandra y Andrea
juegan
en la playa
y el mar
besa sus pies
y busca más
probablemente
cuando el mar
se atreva
se vayan
a otras playas
a jugar.

Arena flor y mar…

El mar junto a la arena
la arena junto al mar
se tocan y se alejan
se vienen y se van
en la arena un volcán
y el volcán en la flor
y una voz de cristal
y otra voz de carbón

en la arena hay sabor
a salada humedad
en la flor hay temor
a las aguas con sal

la flor es el amar
el mar es el amor
la arena es el pensar
pensar en mar y flor

la arena es el «por qué»
la flor es el «quizás»
el mar es el «no sé»
los tres ya no son más…

Arena flor y mar
muerte vida y dolor
ganas -ganas- de amar
ola -viento- y adiós…

marzo de 1995